Pasar por debajo de una escalera, cruzarse con un gato negro... Mucha gente cree que estas cosas traen mala suerte, pero el premio a la mala suerte se lo lleva el número trece.

Quizás sea porque el número trece históricamente ha estado relacionado con cosas malignas: este número corresponde en la baraja del Tarot a la Muerte, Satanás -el ángel que desafió a Dios- era el número trece, en las leyendas de los países nórdicos el invitado número trece era un espíritu malvado...

Si ya juntamos el número a un día concreto de la semana tenemos mala suerte asegurada -o eso dicen-. En Latinoamérica, España y Grecia se cree que si el día trece coincide con un martes, es probable que tengas una mala jornada. ¿La razón? Pues que según se piensa fue un martes trece cuando en la torre de Babel se produjo la confusión de las lenguas.

Pero si nos vamos a los países anglosajones será mejor que en viernes trece no salgas a la calle. Un viernes trece de 1307 fue cuando los caballeros templarios cayeron en desgracia.

Muchas teorías y supersticiones rodean al maldito trece y no se pueden tomar en broma, creas en su mala suerte o no. Mucha gente, para evitar posibles "problemas", ha hecho cosas extrañas, como eliminar el piso número trece de un rascacielos o quitar el número maldito de los asientos de un avión, así nadie pasa un mal rato.