La adolescencia es una etapa difícil para el adolescente y para los padres, ya que ambos no saben qué está pasando y es cuando surgen las discusiones.
Seguro que muchas veces te ha pasado que estás enfadada por algo que te ha pasado en el instituto, tus padres, muy preocupados, te han preguntado y tú has querido aislarte en la habitación para no hablar de lo que te pasa.
Es normal que los padres se preocupen, te ven triste y tú no les dices qué te pasa. Para evitar que estas pequeñas cosas se conviertan en conflictos es bueno que, aunque no te apetezca, hables con ellos de lo que te ha pasado y así se quedarán tranquilos.
También puedes sentarte con ellos y explicarles que a veces no te apetece hablar, pero que eso no significa que no les quieras. Aunque parezca mentira, ellos también fueron adolescentes y te comprenderán.
Dales motivos para que te consideren responsable.
Los privilegios como llegar más tarde a casa o poder salir con las amigas se ganan.
Tienes que demostrar que eres responsable: lleva siempre las tareas al día, ayuda en casa...así cuando pidas salir no podrán decir que no porque tú ya habrás hecho tus tareas.
También es importante que tus padres conozcan a tus amigas. Háblales de ellas, de cómo son, y algún día incluso puedes organizar una merienda en casa para que tu madre las conozca. Seguro que así se queda más tranquila.
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